miércoles, 11 de julio de 2012

DIA DE LA INDEPENDENCIA : Reflexion

Cuando hablamos de Independencia, lo hacemos desde nuestro lugar histórico.”


a) ¿Cómo lo vemos?

            El 9 de julio, así como otras fechas consideradas “patrias”, conmemora un evento histórico relevante para el proceso de constitución de la Nación argentina. Pero la mirada que damos cada año sobre este momento, por el efecto de alejamiento o indiferencia que produce en las generaciones más jóvenes, parece indicarnos decisiones desacertadas. Y parecen errores sobre aquello que resaltamos de la mencionada fracción de línea de tiempo de este proceso, que persisten aún hoy. Semejante acontecimiento de peso innegable para nuestro presente y nuestro futuro, se vuelve cada vez más extraño para los miembros de nuestra sociedad.
            Proponemos abordar esta conmemoración como un ejercicio de memoria social. La construcción de la memoria de un colectivo implica asumir una serie de signos, cuyo sentido fue constituido y aceptado por sus integrantes. Pero que a la vez mantiene abierta la opción de sumar nuevos signos, asociados, complementarios de esa base sígnica inicial, que colaboran para ajustar esa apreciación del mundo, de esa época a nuevos contextos. De esta manera, logra resignificar el valor que estos signos proveen a esa comunidad: su relevancia histórica, o como proceso abierto que se complejiza por la profundización de nuevas perspectivas  e implicancias del mismo.
            La memoria es un dispositivo de control social. A través de ella se regulan las interpretaciones de hechos pasados, se posicionan personajes y líneas ideológicas, se proporciona material que orienta las miradas que sobre ese hecho, puedan hacer otros que no son integrantes de la comunidad a la que se vinculan esos hechos sucedidos. La memoria permite discutir los límites de lo que sobre ese evento se puede o no decir. Existe una considerable tensión que sujeta las bases del recuerdo. Tensión que se expresa en relaciones de poder, que definen imposiciones de sentidos de ciertos grupos y sus intereses, por sobre otros, cuyos intereses fueran diferentes. La convivencia de multiplicidad de sentidos es posible, asentados sobre una misma cadena de signos que permiten el pensar, porque son el uso y la experiencia los que incrementan su significación, según Peirce.
            Ofrecemos herramientas para llevar adelante una actualización de este acontecimiento. Esto implica abandonar los modos de mostrar el 9 de julio de 1816 como un boulevard, lleno de marquesinas iluminadas, atestadas de héroes de bronce que miran desde una vidriera, impolutos, seres artificiales que “dieron su vida por la Patria”, saturados de valentía y gestos de arrojo. Dejar de pensar en el valor de lo pasado como muerto, cerrado, definitivo. Ni en una galería de arte que uno se ve obligado a mirar las glorias del pasado, ajenas a los observadores.
                       
b) ¿Qué entendemos del hecho nosotros?
            Lo que queremos mostrar y actualizar, del hecho que se analiza, debemos hacerlo atendiendo la construcción de la memoria social. Esto es, la construcción compartida y colectiva de sentidos producidos por una comunidad para buscar comprender la realidad de un mundo que lo rodea y lo alberga. Sus integrantes están situados dentro de redes de relaciones que los condicionan y los posicionan para un diálogo consigo mismo y con los demás, con los Otros que viven en esta gran aldea global. De esta manera introducimos a quienes no forman parte estrictamente de una comunidad, y por ende, que sostienen una versión de sentido construido. Aparecen varias comunidades que defienden sentidos, existiendo y conviviendo.
            Un elemento que creemos necesario visibilizar y discutir, para comprendernos, dentro de las tensiones y discusiones que nos acompañan desde aquella época es el carácter múltiple de nuestra sociedad. Fueron varios intentos, aunque tibios, de mostrar en este último tiempo, a través de diferentes productos culturales (la película sobre San Martín denominada Revolución, por ejemplo) un panorama inclusivo de la diversidad cultural (étnica) durante los hechos vinculados con esa campaña independentista. Nos obligan a recalibrar la mirada, a reconfigurar el sentido de ese hecho, a la luz de otros actores involucrados: la independencia no era solo para los criollos, sino para los negros y los originarios que se sumaron a la campaña propuesta por San Martín. No hacerlo y seguir sosteniendo una interpretación “de bronce” de este momento histórico es negarnos la posibilidad de una auténtica independencia: debemos liberarnos de los encubrimientos, de ciertas cegueras, para la construir una memoria social inclusiva y justa.
            No somos todos iguales, ni tenemos las mismas perspectivas de análisis. Un intento de homogeneizar y priorizar una sola manera de contar la Historia, desgrana y enfrenta a quienes formamos una comunidad tan diversa como la nuestra. Pero, una vez identificados los actores, antes enmudecidos, el sentido de lo que sobre ese hecho se construye no puede permanecer como antes de ese cambio de panorama. Y, de esa manera, nos enfrentamos a una tarea permanente de revisión de lo que implicó el proceso de independencia que marca esta fecha del 9 de julio.
           
c) La Proyección: ¿cómo ese elemento  mostrado se pone en práctica, cobra vigencia, en un futuro (in)mediato?
            La relevancia de seleccionar el aspecto de independencia, con respecto a los demás involucrados en este evento, pasa por comprenderla como un proceso inconcluso, permanente. Desde la memoria y con la historia, miramos el futuro. Buscamos poner en evidencia las relaciones con otros factores esclavizantes del hombre de nuestros tiempos: la discriminación, el ataque al medio ambiente, el poder por sobre la dignidad, el beneficio de unos pocos en desmedro de la mayoría.
            No hay decisiones ingenuas cuando narramos la historia: son decisiones ideológicas, que ponen en juego sentidos y que disputan poder (de legitimación, de preponderancia) de los intereses de los grupos que los ponen en circulación. Así, apostar por determinados autores, líneas científicas que analicen la Historia y narrarlos desde nuestros contextos temporales, sociales y culturales, tendrán un valor agregado en el recuerdo del sentido que sobre ese hecho hemos elaborado.
            Recordar el 9 de julio será entonces un ejercicio de memoria que como diría Galeano “es un profeta con la mirada vuelta hacia atrás: por lo que fue, y contra lo que fue, anuncia lo que será”.
Articulo escrito por:
Prof. Javier O. Ríos Solís y la Prof. Camila Rinaldi
Programa de Interculturalidad –Subsecretaría de Interculturalidad y Plurilingüismo Ministerio de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología de la pcia. del Chaco

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