19 de abril: Día de la convivencia
en la diversidad cultural
Adrián Almirón
Las
circunstancias políticas que cada Estado-Nación exacerbaron aun más estas
situaciones de desigualdad y discriminación. En este marco de sociedades
modernas, con proyectos fijos y estructurados, podemos explicar procesos de
genocidios que fueron construidos desde el concepto de ingeniería social o la
constitución de una cultura jardín. El
régimen nacionalsocialista(NAZI),
liderado por Adolf Hitler puede ser interpretado a partir de estos
conceptos, para su proyecto ideal de Estado moderno. El otro debía ser
segregado, excluido y exterminado. El primer paso realizado con la comunidad
judía fue la negación de su condición humana, para ello se valió de
estereotipos cristianos que fueron funcionales a sus nuevos proyectos. El
siguiente paso fue la separación del resto de la sociedad, a partir de los guetos, el más representativo
de todos fue el construido en Polonia.
Hacia
1943 se produjo en Polonia la rebelión armada mas importante en los guetos
registrados, desde el 19 de abril hasta
el 8 de mayo del mismo año. A partir de heroísmo y esperanzas de superar la
intolerancia del nazismo, resistieron de forma heroica ante un proyecto moderno
que implicaba solamente muerte. No obstante debemos destacar que en los guetos
y también en los campos de concentración, se resistía de diversas formas, el
objetivo de la resistencia era sostener el espíritu humano para ayudar al otro,
la solidaridad entre las personas era una forma de resistir.
El
poeta israelí Jaím Guri nos describe de forma concreta las diversas formas de
resistencia:
Contrabandear
un pan era resistirse.
Enseñar
en secreto era resistirse.
Recoger
información y distribuir un diario clandestino era resistirse.
Gritar
para advertir era resistirse.
Rescatar
un rollo de la Torá era resistirse.
Falsificar
documentos era resistirse.
Pasar
personas a través de las fronteras era resistirse.
Registrar
eventos y ocultar los registros era resistirse.
Extender
una mano de ayuda a los necesitados era resistirse.
Atreverse
a decir lo que se piensa, bajo el riesgo de perder la vida, era
Resistirse
Mantenerse
frente a los criminales sin armas en las manos era resistirse.
Contactarse
con los sitiados y contrabandear armas era resistirse.
Pelear
con armas en las calles, montañas y bosques era resistirse.
Rebelarse
en los campos de la muerte era resistirse.
Levantarse
en los ghettos, entre las paredes derrumbadas…
La
resistencia ante la homogeneidad social
y cultural debe ser hoy nuestro principal propósito.
Reconocernos como
una humanidad diversa, es lograr
ampliar la mirada. El recuerdo de la rebelión debe servirnos para propiciar
canales de comunicación donde aspiremos a construir una sociedad en la cual podamos caber todos de forma
igualitaria. Debemos retomar este hecho
e incorporarlos definitivamente en nuestra memoria histórica para
reconocer que el ser humano en su diversidad tiene una infinita riqueza.